lunes, 16 de octubre de 2017

Rodrigo Claro

Pon PLAY a la música para leer




44 años y ¿llevártelo? Abierto y guapo como una bajada del viento Raco.
Un rapto de esos que parecen naturales durante la noche sin Luna, la noche verdadera, la que recuerda el movimiento de esta nave redonda y fulminante que incrusta sus trillones de años en el instante en que desapareces.
La misa y el Cura pidiendo que los Santos te reciban, yo en silencio agregando que lo hagan los estilosos, que sean atractivos y alegres como salidos de ti que ahora eres padre y creador nuestro.
Rodri, gracias por venir a mi sueño y darme ese último beso desde una vereda pasajera. Necesitaba despedirme y, en todo eres galanura ¿Cómo descuidarías esta tristeza de aguijón funesto?
Por ahora sigo mi marcha en otro auto y, sé que me patrocinas como siempre que elegiste la ropa, la imagen, la manera en que la estética es, por tu gracia, la última ética.
Te lloro y punto. Mi donante soñado, que pena que Lily no podrá ver ese nieto que haríamos con amor y técnica para los enjambres distintos.
Bendigo la vez que mi ego y tu ego pelearon, sé que me dejaste ganar porque tenías más para perder. Un noble suelta y su cuenta suma. Maestro.
Príncipe, aquí el principito promete sacar Baobabs hasta que el deseo no guarde NADA, absolutamente NADA de capricho.
Quiero amar bien, quiero amar y amar porque si se apaga la luz y me encuentra en eso, recuperaré tus sonrisas.
GRACIAS, que tristeza que tu forma humana ya no vuelva antes de que la mía se disuelva.
LOVE U

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