domingo, 1 de febrero de 2009

Ficción involuntaria.



Me rapé y la llegada a la oficina fue sorprendente. Tardaban en reconocerme no física, sino mentalmente.
“Influyente” es la palabra y se aplica hacia el interior y el exterior.
Los hombres repitieron la frase: “ Oye hueón, deja la pelada pa los pelados”
- Tú que tenís pelo para convidar ¡Qué necesidad! cuando te crezca un poco vai a parecer cepillo- agregó Lopez que del grupo, era el que parecía tener más afinidad conmigo.
Nunca fui amante de la ciencia ficción pero ese extraño acto de rapar mi cabeza me obligó a entrar a un espacio paralelo desde el que les escribo este documento.

1.-Solo algunos lo podrán codificar.

Esa tarde, rapado y de vuelta del trabajo pasé por una academia de baile en la que repentinamente me inscribí y asi llegué a mi primera clase de Afro. Lo que viví fue un trance. La libertad esperaba poseerme hace años. Por fin entendía que mi piel busca hacerse parte de un ritmo general y alegre. Derecho de gen tribal ejercido: esa noche bailé como si hubiese nacido dentro de los tambores.

Luego vino mi ruptura con Alicia en cuanto regresó de sus vacaciones. Sentado, escuchándola me pareció estar en la platea de un espectáculo conocido y con fecha de vencimiento. La trivialidad de su relato me dejaba impávido, la forma en que volvimos al ritual de hablar de compras me aburrió. Las anécdotas repletas de juicios denigrantes para con los demás me produjo un dolor de cabeza fulminante. Terminé en el baño vomitando una de esas comidas chatarras que solíamos pedir a cualquier delivery.
Nuestro juego sexual, basado como de costumbre, en una suerte de lucha de poder en que someter y exacerbar la chispa perversa alimentaba nuestro deseo. Todo me resultó situado más allá de mí. Terminé llorando después de hacerla acabar y mi llanto le dio pie para contarme una serie de infidelidades de su parte.

- Nunca puedo entender esta sensibilidad masculina tuya. Me siento pisando huevos o pisándote los huevos, no sé. …y esto me ayuda a tener fantasías con otros hombres…alomejor no son más que aventuras eróticas pero tienen algo más brutal que me hace falta.

Los detalles le pedí obviarlos aunque creo que le habría gustado contármelos. De todos modos, sus repentinos descargos me dieron pie para terminar con ella sin más explicaciones.
Habría sido complicado decirle:
- Alicia, mira, lo que pasa es que estoy ascendiendo mi nivel vibratorio. No vai a poder seguir follando conmigo sin que tu espíritu se conecte. Esta cosa mecánica que tenemos, va a ser super insatisfactoria y solo si nos comunicamos profundamente me voy a sentir bien.

Retirarme como un hombre engañado me evitó toda aclaración.

2.-Fue gracias a sus amantes que me salvé de quedar como un psicótico con delirio místico.

Entonces empecé a soñar que era un juguete erótico, una especie de torso femenino mecánico que incluía un par de tetas y una vagina en la estantería de un sex shop. Desde ahí predecía mi futuro en manos de tal o cual “usuario”. Lo triste es que ninguno de ellos me parecía sano o confiable.
3.- Era el Karma de ser un elemento para fines de alienación.

Mis sueños seguían procesando en la metáfora lo que mi vida construía a diario, de un modo más adaptado.

4.- Así fue como me preparé para partir.

Me habría gustado vivir al margen de la alienación en el planeta tierra pero me di cuenta que no estaba entrenado para lograrlo y le cedí mi cuerpo a un espíritu más capacitado. Desde entonces vive en la ciudad de Buenos Aires y ha logrado cosas muy piolas con mi vida terrestre.


Los primeros tiempos de esta ausencia material me parecieron segundos. Ascender es una flotación muy amable y aunque toma millones de años parecen instantes de fruta y viento moviendo los árboles altos. Dicen que en un par de años del tiempo humano debo volver a mi cuerpo y retomar mi vida de entonces que, ya no será la misma. Mientras, convivo con órdenes muy limpios y sonidos sincrónicos.
5.-He visto principios tan sanos que será divertido volver a moverme en lo tangible con el sentido de lo que sé hoy.

6.-Alguien asiste en la materia y existe más allá de ella para que el tránsito de lo visible a lo invisible siga ofreciendo accesos.

7.- Mi existencia transcurre como prueba de fé. En las idas y venidas, es consciencia la que vamos sumando.

Y letras sueltas como estas, flotando en la inmensidad a la que siempre volvemos.


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